miércoles, 9 de junio de 2010

11. Si te bebes la leche de alguien, qué menos que tener un detalle

Mi madre formula los consejos de manera que no te queda escapatoria. Una madre normal diría: Si te alojas en casa de alguien, deberías tener un detalle. Ya está, es un buen consejo, te queda claro y, si quieres, pues les compras una caja de pastas. Pero mi madre, ante el miedo de que no le hagas caso, le da una vuelta. Te hace sentirte culpable, porque no es que duermas gratis en casa de otra persona, es que encima te bebes su leche. Y tú ya te sientes como una invasora que acaba con las existencias de tu anfitrión y ¿cómo no le vas a comprar algo? Pero si le debes la vida, coño, la vida.

Cuándo lo formula:
Podría parecer que sólo cuando alguien te aloja en su casa, pero no, es una gran metáfora. Si alguien te presta algo, si te hacen un favor, si te ayudan con algo...

Consecuencias del consejo:
Yo no puedo beberme la leche de nadie. Si me quedo a dormir en casa ajena, siento que la leche es su bien más preciado, así que siempre desayuno en la calle. Y yo en mi casa siempre tengo leche para las visitas, pero de manera industrial, por si andan pensando en bebérsela toda.
Además, si me alojo en una casa que no es la mía, me siento obligada a hacerle un buen regalo, vamos, que me suele salir más barato irme a un hotel.

Excepción para utilizar el consejo:
No sé, así formulado, creo que nunca. Pero me gustaría que mis hijos fueran conscientes de lo importantes que son los detalles y lo que definen a quién los hace. Tendré que buscar mi propio consejo que no les cueste un remordimiento más, que ya trae la vida demasiados.