Bueno, en realidad, la formulación era BancoEspaña, del tirón. Y a mí me daban unas ganas horribles de decirle:
- Pues sí mamá, porque si yo de paga tengo 2 duros y en tu cartera hay más de 600 veces esa cantidad... Pues sí, mamá, algo tienes que tener tú con el Bancoespaña para tener tantííiísimo dinero con el que me podría comprar todos los huevos kinder del mundo. Ahora, que no lo haces porque no te da la gana.
Pero sólo me daban ganas de decírselo, porque si yo le contestaba así a mi madre, me regalaba a los gitanos del circo, que ya me lo tenía advertido.
Variaciones del consejo:
Pero tú te crees que soy la dueña de Iberdrola.
Pero tú te crees que el dinero lo regalan.
Pero tú te crees que el dinero crece en los árboles.
Cuándo utilizaba el consejo:
Pues siempre que le pedía algo, fuera un capricho una necesidad. A mi madre todo le parece un gasto.
- Mami me compras un estuche nuevo.
- Pero si tienes el que te compré el año pasado. Nena, ¿tu te crees que soy la dueña del BancoEspaña?
- Es de hace dos años mami.
- Está como nuevo nena, y no me llames mami que me pone nerviosa.
- Mamá pero si no cierra, la cremallera está rota.
- Ah ¿y se la he roto yo? He sido yo ¿no?
- No mamá, se ha roto de usarlo mucho.
- Pues nena, no te pienso comprar otro para que lo rompas otra vez. (¿Os habéis dado cuenta? Ya no estamos discutiendo sobre comprarme o no el estuche, estamos hablando de que la nena rompe cosas constantemente. Otro poder de madre: manipulación).
- Pero mamá es que Martita tiene uno super chulo con un organillo en la tapa y puedes tocar canciones mientras haces la tarea.
- ¿Un organillo? Mira nena, tú haz las tareas centradita y en silencio, sin musiquitas, que yo artistas no quiero en la familia. ¡Un estuche con música!, qué inventarán. Un estuche lo que tiene que hacer es guardar bolis y punto. A parte que tú desafinas cantando Campana sobre campana, que mira qué es difícil, así que no vamos a tirar el dinero.
- Pero mami y ¿cómo llevo los bolis dentro de este estuche roto?
- Ni mami, ni zarandajas. Le pones una goma y haber si cuidas un poco las cosas que el dinero no me lo regalan, ¿eh? nena.
Consecuencias del consejo:
Odio al Bancoespaña, ¡cabrones de mierda! Qué os costaba haberle dado a mi madre 500 pesetas para un estuche con órgano, ¿eh? Que sólo dos niñas de mi clase no tuvimos ese estuche y Laurita era la niña que creía que no había cosa más divertida que mirar un metrónomo durante horas. Pues eso, cabrones, a ver cómo queríais que tuviera una vida social normal con un estuche cerrado con una goma. Es que es pasar por la calle Alcalá y me tengo que cambiar de acera, porque me entran unas ganas de prenderle fuego al edificio, que miedo me doy.
Excepciones para utilizarlo:
No pienso utilizarlo. Mi frase tipo será algo más:
- Mami que quiero un estuche que vuela. (porque en mi mente de los 80, todo en el futuro debe volar).
- No tengo dinero porque me lo gasto en terapia para superar un exceso de educación maternal.
- Pero mami...
- Ni mami, ni zarandajas.
Me gusta cómo suena zarandajas aunque ni idea de qué significa.
lunes, 30 de agosto de 2010
lunes, 23 de agosto de 2010
31. Tenías que haber caído en otra casa.
Esto nunca se le debería decir a un niño, porque un niño puede pensar:
Primero: los niños caen lo que produce confusiones en cuanto a la reproducción humana.
Segundo: a mi madre le hubiera gustado que le hubiera caído otra niña distinta, más... más... No es que no se me ocurran cosas, es que son tantas que me cuesta ordenarlas: más limpia, ordenada, buena comedora, recta, educada, tranquila, obediente, conformista, disciplinada, y sobre todo, más normal. Voy a parar de enumerar para no deprimirme.
Tercero: ¿Y si hubiera caído en casa de Martita? Tendría Barbie y piscina. ¡Oh mundo cruel! Y yo con la muñeca Pepa que sólo sabe tirarse pedos y la piscina municipal con el profesor psicópata de natación:
- No llores niña. Tampoco es tan grave que te caiga alguien encima desde el trampolín. Que eres muy blanda.
- Pero es que Manolito pesa 70 kilos.
- ¡Ah! o sea que tenemos una niña que discrimina a los demás por su peso. Bueno, pues se me ocurre que piense en ello nadando otros... pongamos... 30 largos, y suelta la burbuja, que te estoy viendo. Así no te vas a hacer fuerte niña.
Cuándo utilizaba el consejo:
Siempre que me quejaba.
- Joo mami las alubias verdes están malas.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras.
- Mami nosotros nunca tenemos Nocilla.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que siempre te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras.
- Mami yo lo que quiero cenar de verdad son tranchetes, sólo tranchetes.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que siempre te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras. (Luego se pregunta porqué coño le tengo tanta manía a las alubias).
- También podía haber caído en una casa en la que sólo dieran Nocilla y tranchetes- decía yo por lo bajini. Pero el super oído de madre ahí está, para amargarle el día a una.
- ¡Ah sí! Pues ala, venga, vete a buscar esa casa. Sí, sí, ya me estás oyendo. Anda coge tus cosas, ah no, que tu cosas son nuestras ¿o es que tú has pagado alguna? Venga, que sí nena, que tienes mi permiso. Vete a ver si te quieren en otra casa, no sé, igual los gitanos del circo buscan niñas.
Y me comía las jodidas alubias.
Excepciones para utilizar este consejo:
Ninguna. Futuros hijos míos: habéis caído en mi casa. La vida es así. Espero tener piscina para cuando lleguéis, Nocilla ya tengo, algo es algo, pero algún día habrá que comer alubias verdes. Lo dicho, la vida es así.
Primero: los niños caen lo que produce confusiones en cuanto a la reproducción humana.
Segundo: a mi madre le hubiera gustado que le hubiera caído otra niña distinta, más... más... No es que no se me ocurran cosas, es que son tantas que me cuesta ordenarlas: más limpia, ordenada, buena comedora, recta, educada, tranquila, obediente, conformista, disciplinada, y sobre todo, más normal. Voy a parar de enumerar para no deprimirme.
Tercero: ¿Y si hubiera caído en casa de Martita? Tendría Barbie y piscina. ¡Oh mundo cruel! Y yo con la muñeca Pepa que sólo sabe tirarse pedos y la piscina municipal con el profesor psicópata de natación:
- No llores niña. Tampoco es tan grave que te caiga alguien encima desde el trampolín. Que eres muy blanda.
- Pero es que Manolito pesa 70 kilos.
- ¡Ah! o sea que tenemos una niña que discrimina a los demás por su peso. Bueno, pues se me ocurre que piense en ello nadando otros... pongamos... 30 largos, y suelta la burbuja, que te estoy viendo. Así no te vas a hacer fuerte niña.
Cuándo utilizaba el consejo:
Siempre que me quejaba.
- Joo mami las alubias verdes están malas.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras.
- Mami nosotros nunca tenemos Nocilla.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que siempre te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras.
- Mami yo lo que quiero cenar de verdad son tranchetes, sólo tranchetes.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que siempre te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras. (Luego se pregunta porqué coño le tengo tanta manía a las alubias).
- También podía haber caído en una casa en la que sólo dieran Nocilla y tranchetes- decía yo por lo bajini. Pero el super oído de madre ahí está, para amargarle el día a una.
- ¡Ah sí! Pues ala, venga, vete a buscar esa casa. Sí, sí, ya me estás oyendo. Anda coge tus cosas, ah no, que tu cosas son nuestras ¿o es que tú has pagado alguna? Venga, que sí nena, que tienes mi permiso. Vete a ver si te quieren en otra casa, no sé, igual los gitanos del circo buscan niñas.
Y me comía las jodidas alubias.
Excepciones para utilizar este consejo:
Ninguna. Futuros hijos míos: habéis caído en mi casa. La vida es así. Espero tener piscina para cuando lleguéis, Nocilla ya tengo, algo es algo, pero algún día habrá que comer alubias verdes. Lo dicho, la vida es así.
viernes, 20 de agosto de 2010
30. Nena, como te caigas, vas a cobrar.
- ¿Voy a cobrar 100 pesetas mamá? (ajá soy de la generación de las pesetas y de los chistes malos).
- Mira nena, como te sigas haciendo la graciosa no te va a hacer falta caerte para cobrar. Y bájate de esa barandilla que te vas a abrir la crisma y luego vendrán los lloros.
Oye, dicho y hecho. Es que mi madre te dice algo tipo: ten cuidado con ese vaso que se te va a caer. Y al jodido vaso parece que le faltan segundos para estamparse contra el suelo. Y, por supuesto, que a mi madre le faltan menos segundos para decir: "Te lo dije, nena".
Yo creo que es un super poder de madres. En realidad, si ella no dijera nada, el vaso jamás se caería pero se cae, y vienen los lloros, y las crismas abiertas.
Crisma es una de esas palabras que no tengo ni idea de qué significa, supongo que cabeza, pero que sólo se la he oído a mi madre en dos variantes: romper la crisma y abrir la crisma (Segunda entrega del vocabulario de madre).
Y también está esa gran frase de madre: "luego vendrán los lloros". Tengo que confesar que durante años, para mí, los lloros eran unos seres tipo el coco, malvados, que iban a venir a castigarme por portarme mal. Descubrí lo que eran la primera vez que me abrí la crisma. La escena: yo llorando con una herida en la cabeza y mi madre:
- Te lo dije nena. A no, no, a mí con lloros no me vengas. Que te lo he dicho nena: bájate de ese patinete que tú tienes el mismo equilibrio que un calabacín, mejor tumbada. Pero noooo, tú ni caso: que mira cómo me deslizo, que mira que velocidad... Pues ala, ya lo has aprendido: la velocidad en la vida no trae nada bueno, nunca, y tú sobre ruedas, pues tampoco puedes traer nada bueno. ¡Pero si tenías 8 meses y todavía no te sujetabas la cabeza! Que las vecinas me decían que te pusiera collarín para que se fijara un poco el cuello, que no era normal. Y sí que quedabas un poco rara, así te has quedado, rara. Que ya es desgracia. Habiendo podido ser normal, normal, pues mira, nos ha tocado que seas rara.
Insisto: yo lloraba con una herida en la cabeza.
Consecuencias:
Puro y rotundo pánico cada vez que mi madre dice cosas tipo:
- Tú sigue así, que te van a echar a la calle en dos días- Oye, pues justo, fueron dos días y a la calle.
Le hago caso, al menos con las cosas básicas, le hago caso.
- Nena, si no sabes cocinar vas a morir sola.
A ver quién tiene narices de no hacerle caso. ¿Eh? ¿A ver? Vamos, que hago una paella para chuparse los dedos y estoy aprendiendo a desconstruir la tortilla de patatas. Bueno, para qué mentir, mis tortillas siempre son deconstruídas, jamás me cuajan. Joder, voy a morir sola.
Excepciones para utilizar el consejo:
Futuros hijos míos, lo siento pero el consejo me importa un pimiento, lo que quiero son esos super poderes premonitorios ya mismo y decirme por las noches:
- Nena, como mañana eches a la primitiva, te van a tocar 20 kilos.
¡Y a vivir! que es lo mío.
- Mira nena, como te sigas haciendo la graciosa no te va a hacer falta caerte para cobrar. Y bájate de esa barandilla que te vas a abrir la crisma y luego vendrán los lloros.
Oye, dicho y hecho. Es que mi madre te dice algo tipo: ten cuidado con ese vaso que se te va a caer. Y al jodido vaso parece que le faltan segundos para estamparse contra el suelo. Y, por supuesto, que a mi madre le faltan menos segundos para decir: "Te lo dije, nena".
Yo creo que es un super poder de madres. En realidad, si ella no dijera nada, el vaso jamás se caería pero se cae, y vienen los lloros, y las crismas abiertas.
Crisma es una de esas palabras que no tengo ni idea de qué significa, supongo que cabeza, pero que sólo se la he oído a mi madre en dos variantes: romper la crisma y abrir la crisma (Segunda entrega del vocabulario de madre).
Y también está esa gran frase de madre: "luego vendrán los lloros". Tengo que confesar que durante años, para mí, los lloros eran unos seres tipo el coco, malvados, que iban a venir a castigarme por portarme mal. Descubrí lo que eran la primera vez que me abrí la crisma. La escena: yo llorando con una herida en la cabeza y mi madre:
- Te lo dije nena. A no, no, a mí con lloros no me vengas. Que te lo he dicho nena: bájate de ese patinete que tú tienes el mismo equilibrio que un calabacín, mejor tumbada. Pero noooo, tú ni caso: que mira cómo me deslizo, que mira que velocidad... Pues ala, ya lo has aprendido: la velocidad en la vida no trae nada bueno, nunca, y tú sobre ruedas, pues tampoco puedes traer nada bueno. ¡Pero si tenías 8 meses y todavía no te sujetabas la cabeza! Que las vecinas me decían que te pusiera collarín para que se fijara un poco el cuello, que no era normal. Y sí que quedabas un poco rara, así te has quedado, rara. Que ya es desgracia. Habiendo podido ser normal, normal, pues mira, nos ha tocado que seas rara.
Insisto: yo lloraba con una herida en la cabeza.
Consecuencias:
Puro y rotundo pánico cada vez que mi madre dice cosas tipo:
- Tú sigue así, que te van a echar a la calle en dos días- Oye, pues justo, fueron dos días y a la calle.
Le hago caso, al menos con las cosas básicas, le hago caso.
- Nena, si no sabes cocinar vas a morir sola.
A ver quién tiene narices de no hacerle caso. ¿Eh? ¿A ver? Vamos, que hago una paella para chuparse los dedos y estoy aprendiendo a desconstruir la tortilla de patatas. Bueno, para qué mentir, mis tortillas siempre son deconstruídas, jamás me cuajan. Joder, voy a morir sola.
Excepciones para utilizar el consejo:
Futuros hijos míos, lo siento pero el consejo me importa un pimiento, lo que quiero son esos super poderes premonitorios ya mismo y decirme por las noches:
- Nena, como mañana eches a la primitiva, te van a tocar 20 kilos.
¡Y a vivir! que es lo mío.
miércoles, 18 de agosto de 2010
29. Quien tiende bien, plancha la mitad.
Lo tengo que reconocer: mi madre tiene razón. Un gran consejo. Estupendo. Pura sabiduría de madre. Una verdad como un templo. Si no te gusta planchar... Bueno, ¿a qué clase de persona le puede gustar planchar? Mi madre, que tiene su casa limpia, pero limpia tipo: en esta casa no hay atmósfera por eso no hay ni una motita de polvo, odia planchar. Y tiene ese truco. Un buen truco. Vale, dejo de insistir pero es que los buenos consejos de mi madre los paladeo con placer.
Matizaciones malas a un buen consejo:
Mi madre lo plancha todo.
- Por supuesto, que lás sábanas se planchan, y ¿ si te pones mala y tiene que venir el médico a casa? Imagínate la vergüenza si están arrugadas. Nena, las sábanas se planchan.
- Las toallas también se planchan, nena, ¿cómo no se van a planchar? Es que tienes unas cosas. ¿Y si viene algún invitado a casa y las ve todas arrugadas en el baño, qué a pensar de ti? Pues que eres una sucia y eso no, ¿me has oído? De una hija mía nadie va a decir que es sucia, antes me borro como madre.
- Ay nena, y ya que estás, no te cuesta nada darles un planchado a los calcetines, que quedan mejor tú hazme caso, y si alguien abre el cajón de los calcetines pues pensará: Pero qué chica más limpia.
- Pero mamá, quién narices va a abrir mi cajón de los calcetines.
-Nunca se sabe, nena, tú por si acaso dales una planchada. Y, por favor, no digas narices, que queda vulgar.
Para mi madre, la limpieza es LA virtud, sin lugar a dudas lo mejor que se puede decir de alguien. Puedes saber si una persona le ha impresionado porque dice: "He conocido a la hija de Pili, ay muy mona, muy estilosa, es médico, trabaja en una ONG, pero sobre todo es que tiene una pinta de limpia". Mi madre vio a Obama y dijo: "Me gusta ese chico, tiene pinta de muy limpio". Tú estudia años, una dura carrera política, sé el primer presidente negro de Estados Unidos y nada de eso valdrá tanto como que lleves los calcetines planchados.
Excepciones para utilizar el consejo (en realidad, variación del consejo):
Futuros hijos míos: quien tiende bien, plancha la mitad. Una buena sacudida y bien colgada, y no habrá que planchar.
Segundo consejo: existen tejidos que no hace falta planchar, compraros toda la ropa de ellos. A excepción de la licra, hijos, la licra sólo se admite en un bañador y con mucho, mucho, cuidado.
No perdáis tiempo planchando: sábanas, toallas, bragas, calcetines, paños de cocina, y la mayoría de las camisetas y pantalones. Si alguien dice que sois unos sucios por no planchar los calcetines no pasa nada, el problema es suyo. Conoceréis más gente. Si es vuestra suegra, estáis jodidos.
Matizaciones malas a un buen consejo:
Mi madre lo plancha todo.
- Por supuesto, que lás sábanas se planchan, y ¿ si te pones mala y tiene que venir el médico a casa? Imagínate la vergüenza si están arrugadas. Nena, las sábanas se planchan.
- Las toallas también se planchan, nena, ¿cómo no se van a planchar? Es que tienes unas cosas. ¿Y si viene algún invitado a casa y las ve todas arrugadas en el baño, qué a pensar de ti? Pues que eres una sucia y eso no, ¿me has oído? De una hija mía nadie va a decir que es sucia, antes me borro como madre.
- Ay nena, y ya que estás, no te cuesta nada darles un planchado a los calcetines, que quedan mejor tú hazme caso, y si alguien abre el cajón de los calcetines pues pensará: Pero qué chica más limpia.
- Pero mamá, quién narices va a abrir mi cajón de los calcetines.
-Nunca se sabe, nena, tú por si acaso dales una planchada. Y, por favor, no digas narices, que queda vulgar.
Para mi madre, la limpieza es LA virtud, sin lugar a dudas lo mejor que se puede decir de alguien. Puedes saber si una persona le ha impresionado porque dice: "He conocido a la hija de Pili, ay muy mona, muy estilosa, es médico, trabaja en una ONG, pero sobre todo es que tiene una pinta de limpia". Mi madre vio a Obama y dijo: "Me gusta ese chico, tiene pinta de muy limpio". Tú estudia años, una dura carrera política, sé el primer presidente negro de Estados Unidos y nada de eso valdrá tanto como que lleves los calcetines planchados.
Excepciones para utilizar el consejo (en realidad, variación del consejo):
Futuros hijos míos: quien tiende bien, plancha la mitad. Una buena sacudida y bien colgada, y no habrá que planchar.
Segundo consejo: existen tejidos que no hace falta planchar, compraros toda la ropa de ellos. A excepción de la licra, hijos, la licra sólo se admite en un bañador y con mucho, mucho, cuidado.
No perdáis tiempo planchando: sábanas, toallas, bragas, calcetines, paños de cocina, y la mayoría de las camisetas y pantalones. Si alguien dice que sois unos sucios por no planchar los calcetines no pasa nada, el problema es suyo. Conoceréis más gente. Si es vuestra suegra, estáis jodidos.
lunes, 9 de agosto de 2010
28. Y si Martita se tira por la ventana...
Pues yo detrás mamá, porque soy un ser sin personalidad que cree que tirarse por la ventana es una opción como cualquier otra: ¿Seré abogada o arquitecta? Bah... No. Mejor me tiro por una ventana como Martita.
Mira, esta frase me ponía, y me pone, de los nervios. Digo "me pone" porque la frase sigue ahí para mí:
- Mamá, me voy a ir de viaje a México.
- ¡Huy nena a México! Pero si todos los días dan en la tele que matan gente. Decapitados, me parece. Ese no puede ser un país normal. ¿Qué haces tú en México? Que necesidad tienes con la de España que hay por ver. (Mi madre es muy de España).
- Pero que la zona a la que voy es para turistas y es muy segura. Hay mucha policía.
- Huy nena, donde hay policía es que se necesita, que tienes unas cosas... ¿A qué cuando tú vas paseando por Gandía no ves mucha? Porque es un sitio seguro, por eso no hay. Además ¿esos no son los de la gripe porcina?
- La gripe A, mamá.
- Pues eso, que lo mismo da.
- Pues no es lo mismo mamá, una la padecen los cerdos y otra las personas.
- Pues más a mi favor, ¿entonces dices que la gripe mortal de personas es mejicana?
- Mamá, eso fue hace un año y fue en todo el mundo y han demostrado que no era peligrosa.
- No claro, no, no era nada peligrosa. ¿Y quién lo ha demostrado? ¿No habrán sido los mejicanos? Nena, por favor, que tú eres de creerte cualquier cosa que ya lo hemos hablado.
- Ay Mamá, de verdad que es muy seguro y hay unas playas preciosas.
- Huy playas preciosas, dice. En Valencia hay más de 100 playas con bandera azul, que han dado en la tele que es el mejor diploma que le pueden dar a una playa ¿las de México tienen bandera azul?
- No la necesitan, tienen el mar Caribe.
- Y Gandía el Mediterráneo, y una arena buénisima que no se pega, y no andan decapitando gente por la calle sin ton ni son. Que además en esos viajes a saber qué te dan de comer y luego te entran unas diarreas malísimas, y te quedas más delgada aún, que te lo he dicho, nena: tú más que flaca estás espiritual. Con la paella tan buena que dan en Gandía, y el fideuá, que me dijo tu tía Mari de un sitio estupendo para tomarlo, un sitio limpio, limpio que te ponen manteles de tela, y si vas le dices que eres sobrina de la Mari, la del Teodoro, y ya vas a ver que te atienden de primera y te echan un montón de gambas en la ración.
Y justo en este punto, demostrado que la logica, la información y la racionalidad no funcionan es cuando yo digo:
- Mamá, Marta fue en junio a México y volvió encantada y no tuvieron ningún problema.
- Y si Martita se tira por una ventana, tú detrás.
Esto fue antes de ayer, 31 años que tengo, y Martita 1 hija y un trabajo como pediatra, y un marido serio que haría las delicias como nuero para mi madre. Pero ella sigue siendo Martita y yo un ser sin personalidad, y mi madre agotadora.
Consecuencias del consejo:
Le he mentido durante años, pero mentido con avaricia. En realidad, sólo 1 de las 30 veces que cree que he estado en Gandía era verdad. Fui una vez y me hice miles de fotos de recurso. Todos vivimos más tranquilos.
Excepciones para utilizar la frasecita:
Cuando Martita se tire por la jodida ventana.
Mira, esta frase me ponía, y me pone, de los nervios. Digo "me pone" porque la frase sigue ahí para mí:
- Mamá, me voy a ir de viaje a México.
- ¡Huy nena a México! Pero si todos los días dan en la tele que matan gente. Decapitados, me parece. Ese no puede ser un país normal. ¿Qué haces tú en México? Que necesidad tienes con la de España que hay por ver. (Mi madre es muy de España).
- Pero que la zona a la que voy es para turistas y es muy segura. Hay mucha policía.
- Huy nena, donde hay policía es que se necesita, que tienes unas cosas... ¿A qué cuando tú vas paseando por Gandía no ves mucha? Porque es un sitio seguro, por eso no hay. Además ¿esos no son los de la gripe porcina?
- La gripe A, mamá.
- Pues eso, que lo mismo da.
- Pues no es lo mismo mamá, una la padecen los cerdos y otra las personas.
- Pues más a mi favor, ¿entonces dices que la gripe mortal de personas es mejicana?
- Mamá, eso fue hace un año y fue en todo el mundo y han demostrado que no era peligrosa.
- No claro, no, no era nada peligrosa. ¿Y quién lo ha demostrado? ¿No habrán sido los mejicanos? Nena, por favor, que tú eres de creerte cualquier cosa que ya lo hemos hablado.
- Ay Mamá, de verdad que es muy seguro y hay unas playas preciosas.
- Huy playas preciosas, dice. En Valencia hay más de 100 playas con bandera azul, que han dado en la tele que es el mejor diploma que le pueden dar a una playa ¿las de México tienen bandera azul?
- No la necesitan, tienen el mar Caribe.
- Y Gandía el Mediterráneo, y una arena buénisima que no se pega, y no andan decapitando gente por la calle sin ton ni son. Que además en esos viajes a saber qué te dan de comer y luego te entran unas diarreas malísimas, y te quedas más delgada aún, que te lo he dicho, nena: tú más que flaca estás espiritual. Con la paella tan buena que dan en Gandía, y el fideuá, que me dijo tu tía Mari de un sitio estupendo para tomarlo, un sitio limpio, limpio que te ponen manteles de tela, y si vas le dices que eres sobrina de la Mari, la del Teodoro, y ya vas a ver que te atienden de primera y te echan un montón de gambas en la ración.
Y justo en este punto, demostrado que la logica, la información y la racionalidad no funcionan es cuando yo digo:
- Mamá, Marta fue en junio a México y volvió encantada y no tuvieron ningún problema.
- Y si Martita se tira por una ventana, tú detrás.
Esto fue antes de ayer, 31 años que tengo, y Martita 1 hija y un trabajo como pediatra, y un marido serio que haría las delicias como nuero para mi madre. Pero ella sigue siendo Martita y yo un ser sin personalidad, y mi madre agotadora.
Consecuencias del consejo:
Le he mentido durante años, pero mentido con avaricia. En realidad, sólo 1 de las 30 veces que cree que he estado en Gandía era verdad. Fui una vez y me hice miles de fotos de recurso. Todos vivimos más tranquilos.
Excepciones para utilizar la frasecita:
Cuando Martita se tire por la jodida ventana.
jueves, 5 de agosto de 2010
27. Esto me duele más a mí que a ti, nena.
Pues mira mamá, lo dudo. Pero mucho, mucho.
Al principio te creía:
- Castigada sin cenar por no haber merendado. Y no llores que esto me duele más a mí que ti, nena.
Vale. Puede que en ese caso le doliera más a ella si tengo en cuenta que siempre me ha tratado de alimentar como si en mi interior vivieran 4 niñas más, y una de ellas con la tenia. Cuando mi madre me dice: "Te he dejado la comida preparada", ya sé que podemos comer yo y el colegio entero de las Ursulinas, y puede que sobre algo. Así que vale, dejarme sin cenar podía dolerle más a ella.
Puede que también fuera verdad cuando me llevaba a natación y aquel simpático profesor me tiraba al agua mientras le decía a ella: "Tranquila mujer, los buenos sobreviven".
Teniendo en cuenta que todo, repito todo, en esta vida le parece una amenaza... Pongamos ejemplos para dejar las cosas claras: "Las moscas son unos seres horrorosos que trasmiten infecciones mortales, en el mar te puede atacar un banco de medusas, en la arena de la playa hay jeringuillas escondidas para infectar a niñas como tú, en los vasos te echan droga, todos los hombres menos tu padre quieren aprovecharse de ti, por la noche hay delincuentes, por el día no puedes reconocer a los delincuentes porque disimulan, el cloro de la piscina te puede dejar ciega, si andas descalza cogerás hongos, las mariquitas son moscas disfrazadas". ¿Se entiende no? Bueno, por si acaso: "Te puedes pillar cualquier cosa si vas de camping, si te muerdes las uñas se te clavarán en la barriga, si te haces un pendiente se pudrirá y se te va a caer la nariz, las mariposas también son moscas disfrazadas". Ahora sí.
Bueno, también puede que le doliera más a ella verme tragar agua e intentar sobrevivir en aquella piscina del infierno, porque si tenía que confiar que sólo los buenos sobrevivían... No lo vería claro.
Pero el resto de las veces. Castigada sin salir, sin postre, sin tele, sin jugar, sin bajar a la plaza, castigada a comer doble ración de alubias verdes, castigada a fregar toda la casa, a limpiar las ventanas, a sacar la basura, a ordenar los armarios... "Esto me duele más a mí que ti, nena". ¡JA! Vamos, mamá, un poco de seriedad: no te dolía nada de nada, ni siquiera un poquito.
Excepciones para utilizar el consejo:
No pienso hacerles creer que yo sufro más por los castigos que ellos. Tampoco es que vaya a disfrutar aunque tengo serias dudas... Mi madre estoy segura de que se lo pasaba pipa viéndome comer doble ración de alubias verdes: "Ale, ya la he alimentado por hoy y por mañana. Anda que no soy buena madre ni nada. ¡Una medalla me tenían que dar!".
Pues eso, queda prohibida la frase. Suficiente es el castigo como para encima regozijarse.
Al principio te creía:
- Castigada sin cenar por no haber merendado. Y no llores que esto me duele más a mí que ti, nena.
Vale. Puede que en ese caso le doliera más a ella si tengo en cuenta que siempre me ha tratado de alimentar como si en mi interior vivieran 4 niñas más, y una de ellas con la tenia. Cuando mi madre me dice: "Te he dejado la comida preparada", ya sé que podemos comer yo y el colegio entero de las Ursulinas, y puede que sobre algo. Así que vale, dejarme sin cenar podía dolerle más a ella.
Puede que también fuera verdad cuando me llevaba a natación y aquel simpático profesor me tiraba al agua mientras le decía a ella: "Tranquila mujer, los buenos sobreviven".
Teniendo en cuenta que todo, repito todo, en esta vida le parece una amenaza... Pongamos ejemplos para dejar las cosas claras: "Las moscas son unos seres horrorosos que trasmiten infecciones mortales, en el mar te puede atacar un banco de medusas, en la arena de la playa hay jeringuillas escondidas para infectar a niñas como tú, en los vasos te echan droga, todos los hombres menos tu padre quieren aprovecharse de ti, por la noche hay delincuentes, por el día no puedes reconocer a los delincuentes porque disimulan, el cloro de la piscina te puede dejar ciega, si andas descalza cogerás hongos, las mariquitas son moscas disfrazadas". ¿Se entiende no? Bueno, por si acaso: "Te puedes pillar cualquier cosa si vas de camping, si te muerdes las uñas se te clavarán en la barriga, si te haces un pendiente se pudrirá y se te va a caer la nariz, las mariposas también son moscas disfrazadas". Ahora sí.
Bueno, también puede que le doliera más a ella verme tragar agua e intentar sobrevivir en aquella piscina del infierno, porque si tenía que confiar que sólo los buenos sobrevivían... No lo vería claro.
Pero el resto de las veces. Castigada sin salir, sin postre, sin tele, sin jugar, sin bajar a la plaza, castigada a comer doble ración de alubias verdes, castigada a fregar toda la casa, a limpiar las ventanas, a sacar la basura, a ordenar los armarios... "Esto me duele más a mí que ti, nena". ¡JA! Vamos, mamá, un poco de seriedad: no te dolía nada de nada, ni siquiera un poquito.
Excepciones para utilizar el consejo:
No pienso hacerles creer que yo sufro más por los castigos que ellos. Tampoco es que vaya a disfrutar aunque tengo serias dudas... Mi madre estoy segura de que se lo pasaba pipa viéndome comer doble ración de alubias verdes: "Ale, ya la he alimentado por hoy y por mañana. Anda que no soy buena madre ni nada. ¡Una medalla me tenían que dar!".
Pues eso, queda prohibida la frase. Suficiente es el castigo como para encima regozijarse.
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