Lo tengo que reconocer: mi madre tiene razón. Un gran consejo. Estupendo. Pura sabiduría de madre. Una verdad como un templo. Si no te gusta planchar... Bueno, ¿a qué clase de persona le puede gustar planchar? Mi madre, que tiene su casa limpia, pero limpia tipo: en esta casa no hay atmósfera por eso no hay ni una motita de polvo, odia planchar. Y tiene ese truco. Un buen truco. Vale, dejo de insistir pero es que los buenos consejos de mi madre los paladeo con placer.
Matizaciones malas a un buen consejo:
Mi madre lo plancha todo.
- Por supuesto, que lás sábanas se planchan, y ¿ si te pones mala y tiene que venir el médico a casa? Imagínate la vergüenza si están arrugadas. Nena, las sábanas se planchan.
- Las toallas también se planchan, nena, ¿cómo no se van a planchar? Es que tienes unas cosas. ¿Y si viene algún invitado a casa y las ve todas arrugadas en el baño, qué a pensar de ti? Pues que eres una sucia y eso no, ¿me has oído? De una hija mía nadie va a decir que es sucia, antes me borro como madre.
- Ay nena, y ya que estás, no te cuesta nada darles un planchado a los calcetines, que quedan mejor tú hazme caso, y si alguien abre el cajón de los calcetines pues pensará: Pero qué chica más limpia.
- Pero mamá, quién narices va a abrir mi cajón de los calcetines.
-Nunca se sabe, nena, tú por si acaso dales una planchada. Y, por favor, no digas narices, que queda vulgar.
Para mi madre, la limpieza es LA virtud, sin lugar a dudas lo mejor que se puede decir de alguien. Puedes saber si una persona le ha impresionado porque dice: "He conocido a la hija de Pili, ay muy mona, muy estilosa, es médico, trabaja en una ONG, pero sobre todo es que tiene una pinta de limpia". Mi madre vio a Obama y dijo: "Me gusta ese chico, tiene pinta de muy limpio". Tú estudia años, una dura carrera política, sé el primer presidente negro de Estados Unidos y nada de eso valdrá tanto como que lleves los calcetines planchados.
Excepciones para utilizar el consejo (en realidad, variación del consejo):
Futuros hijos míos: quien tiende bien, plancha la mitad. Una buena sacudida y bien colgada, y no habrá que planchar.
Segundo consejo: existen tejidos que no hace falta planchar, compraros toda la ropa de ellos. A excepción de la licra, hijos, la licra sólo se admite en un bañador y con mucho, mucho, cuidado.
No perdáis tiempo planchando: sábanas, toallas, bragas, calcetines, paños de cocina, y la mayoría de las camisetas y pantalones. Si alguien dice que sois unos sucios por no planchar los calcetines no pasa nada, el problema es suyo. Conoceréis más gente. Si es vuestra suegra, estáis jodidos.