lunes, 23 de agosto de 2010

31. Tenías que haber caído en otra casa.

Esto nunca se le debería decir a un niño, porque un niño puede pensar:
Primero: los niños caen lo que produce confusiones en cuanto a la reproducción humana.
Segundo: a mi madre le hubiera gustado que le hubiera caído otra niña distinta, más... más... No es que no se me ocurran cosas, es que son tantas que me cuesta ordenarlas: más limpia, ordenada, buena comedora, recta, educada, tranquila, obediente, conformista, disciplinada, y sobre todo, más normal. Voy a parar de enumerar para no deprimirme.
Tercero: ¿Y si hubiera caído en casa de Martita? Tendría Barbie y piscina. ¡Oh mundo cruel! Y yo con la muñeca Pepa que sólo sabe tirarse pedos y la piscina municipal con el profesor psicópata de natación:
- No llores niña. Tampoco es tan grave que te caiga alguien encima desde el trampolín. Que eres muy blanda.
- Pero es que Manolito pesa 70 kilos.
- ¡Ah! o sea que tenemos una niña que discrimina a los demás por su peso. Bueno, pues se me ocurre que piense en ello nadando otros... pongamos... 30 largos, y suelta la burbuja, que te estoy viendo. Así no te vas a hacer fuerte niña.

Cuándo utilizaba el consejo:
Siempre que me quejaba.
- Joo mami las alubias verdes están malas.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras.
- Mami nosotros nunca tenemos Nocilla.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que siempre te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras.
- Mami yo lo que quiero cenar de verdad son tranchetes, sólo tranchetes.
- Tenías que haber caído en otra casa en la que siempre te dieran de comer siempre alubias, para que aprendieras. (Luego se pregunta porqué coño le tengo tanta manía a las alubias).
- También podía haber caído en una casa en la que sólo dieran Nocilla y tranchetes- decía yo por lo bajini. Pero el super oído de madre ahí está, para amargarle el día a una.
- ¡Ah sí! Pues ala, venga, vete a buscar esa casa. Sí, sí, ya me estás oyendo. Anda coge tus cosas, ah no, que tu cosas son nuestras ¿o es que tú has pagado alguna? Venga, que sí nena, que tienes mi permiso. Vete a ver si te quieren en otra casa, no sé, igual los gitanos del circo buscan niñas.
Y me comía las jodidas alubias.

Excepciones para utilizar este consejo:
Ninguna. Futuros hijos míos: habéis caído en mi casa. La vida es así. Espero tener piscina para cuando lleguéis, Nocilla ya tengo, algo es algo, pero algún día habrá que comer alubias verdes. Lo dicho, la vida es así.