domingo, 24 de octubre de 2010

42. Como se entere tu padre.

Sí, tengo padre. Pero mi padre no es un drama papá. Es más bien lo opuesto. Voy a intentar ejemplificar por oposición su diferentes maneras de educar:

Cómo dar órdenes:
Drama mamá: "Nena, pon la mesa hoy antes de que lleguemos. Que tu padre tiene poco tiempo para comer y se le pone ese caracter un poco como torcido. Pon la vajilla de diario, ni se te ocurra poner la buena, que ya rompiste un plato la última vez. Y acuérdate de poner mantel. Que ahora la gente piensa que no hace falta, pero comer con mantel de tela es algo que no se debería perder. ¿Qué es eso de comer como en las tabernas? En mi casa se come como Dios manda: con mantel y servilletas de tela. Que lo que se aprende en casa, se hace luego. Y pon cucharas que hoy tenemos sopa. Mira a ver si hay cuatro iguales de las que tienen un lazo en la base, si no, te friegas una, que no te va a pasar nada. Y pon salvamanteles, que siempre se te olvida. ¿Me has oído nena?".
No drama papá: Mi padre no gasta palabras. Te deja un cuchillo encima de la mesa de la cocina y mi hermana y yo que ya conocemos su lenguaje subliminal sabemos que tenemos que poner la mesa. Listo.

Cuando nos llamaban a comer:
Drama mamá: "Nenassssss a comer. Mira que como tenga que ir yo. Que os he dicho que apaguéis la tele. Que os quedáis como embobadas, que parecéis dos zombis. No lo vuelvo a repetir: a comer ahora mismo o estáis castigadas un mes sin tele. A ver si así aprendéis a obedecer a la primera".
No drama papá: cortaba la luz general de la casa. No había tele. A comer. Listo.

Respecto a gastar mucho dinero:
Drama mamá: "30.000 pesetas de factura de teléfono. Nena, te vas a pasar la vida pagándome esta factura. ¿Me has oído? ¿Pero tu te crees que somos los dueños de Teléfonica? ¿Y de qué hablas? Si tienes 15 años, qué vas tener tú que contarle a nadie. No lo entiendo, de verdad. De qué hablas con tus amigas para gastar 30.000 pesetas si las acabas de ver. Pero, óyeme, una y no más. Tú al teléfono no te acercas. Me vas a matar de un disgusto. Pero qué te has pensado tú que eres hija de millonarios ¿no? Esto se va a acabar. Ya puedes aprender a comunicarte con Martita con tambores, porque lo que es la teléfono ni te acerques. Ya vas a ver cuando se entere tu padre".
No drama papá: Ese día cuando llegué a casa. La factura de 30.000 pesetas estaba pegada por fuera de la puerta, en el descansillo para recocijo de todos mis vecinos, con una nota de mi padre: "Piénsatelo antes de entrar". Listo. Yo me lo pensé, y me quedé en las escaleras llorando hasta que oí que se metían en la cama. Me colé sigilosa, bueno no tanto, porque mi madre vino corriendo y susurrando: "Te lo dije, nena, te dije que se iba a enfadar. ¿Has cenado algo? ¿Te hago una tortilla?". Ella se enfada mucho pero con la alimentación no se juega.

Sobre llegar tarde:
Drama mamá: "¿Pero qué horas son estas para llegar a casa? De verdad que no entiedo qué hacéis por ahi a estas horas. Y mira cómo vienes, con los ojos que da pena verte. ¿Qué has tomado? Algo has tenido que beber para traer esa cara. Que disgustos, por Dios, qué disgustos me das. Llevo toda la noche sin dormir, venga a dar vueltas pensando que te había pasado algo, y tú, tan tranquila, con la de violadores que hay. Yo no entiendo a la juventud de ahora. Yo a tu edad ya tenía hijos y no andaba por los bares, como una cualquiera. Ay, si hubieras tenido unos padres como los míos, otro gallo nos cantaría. Habrás cenado algo por lo menos, ¿no? ¿Te hago una tortilla?".
No drama papá: A la siguiente mañana: "Nena, a las tres de la mañana, a casa se llegada meada y cenada. Como vuelvas a armar semejante alboroto, te cierro con llave por dentro". Listo, porque tengo bien claro que me hubiera cerrado.

Sobre ponerme un pendiente en la nariz:
Drama mamá: "Estás loca nena. Eso es lo que te pasa. ¿Un pendiente en la nariz? Bajo mi cadaver ¿me oyes? Cuando vivas fuera de mi casa haces todas las locuras que te de la gana, pero mientras vivas bajo mi techo no te dejo que te agujerees el cuerpo. Lo que nos faltaba. Te mando interna. Palabra que te mando interna como aparezcas con un pendiente. ¿Tú has visto a alguien normal con un pendiente? No, no, no. Lo que tengo que aguantar. ¡Me estoy ganando el cielo contigo! Que castigo señor. Como se entere tu padre...".
No drama papá: "Si tu te haces un pendiente, yo voy a ir a buscarte al colegio todos los días con una pamela. ¿Vamos al practicante a que te lo hagan? Yo te lo pago". Oye listo. Se me pasó la idea.

Consecuencias del consejo:
Dadme mil enfados de mi madre frente a un mosqueo de mi padre. Yo me apaño.
Fobia a las pamelas y extraña relación mental entre los disgustos y las tortillas.

Excepciones para utilizarlo:
Son el equipo perfecto. Lo que le sobra a uno le falta al otro. Ojalá futuros hijos míos tengáis las suerte de tener dos padres que se equilibre tan bien, porque imaginaros que os tocan dos drama papás. Eso no hay ser humano que lo soporte.