lunes, 13 de diciembre de 2010

50. Nena, cuando te vayas, apaga los fuegos.

Bloogpress
Yo esta frase no la entiendo. En serio.
Primero: lo dice como si yo tuviera los fuegos encendidos todo el rato. Como si los fuegos, fueran las luces.
Segundo: me lo sigue diciendo. Tengo 31 años y nunca, repito, nunca he quemado una casa. Pero mi madre piensa que siempre estoy a punto de hacerlo.
Tercero: ¿qué fuegos? Si yo a penas cocino y como mucho enciendo uno para hacer pasta.
Cuarto: lo dice siempre que nos despedimos, como quien dice adiós. También por teléfono, que yo lo mismo no voy a salir de mi casa, pero ella, ante el miedo de que le prenda fuego al edificio, me lo dice: "Nena, cuando te vayas apaga los fuegos".

Consecuencias del consejo:
Pues, clarísimamente, siempre creo que me los he dejado encendidos. No hay como pensar si has apagado algo para que te entre la duda. Y si estoy en casa de mis padres, soy capaz de volver a comprobarlo compulsivamente, 300 kilómetros soy capaz de volver, aunque no haya cocinado. Porque, ¿te imaginas que un día se me olvida y prenden? ¿Te imaginas lo que tendría que aguantar? Pues yo sí, me hago a la idea perfectamente, y siento escalofríos sólo de pensarlo, en realidad me muero un poco sólo de pensarlo.
La segunda consecuencia es una inseguridad constante a producir una catástrofe, inundación o incendio. Vivo en tensión. Porque está claro que si tu madre es capaz de repetirte durante 31 años, unas 300 veces al año, que apagues los fuegos, la plancha, cierres los grifos, quites el gas y cierres la puerta, cada vez que se despide de ti, insisto CADA VEZ QUE SE DESPIDE DE TI, eso es que tu madre ve algo en ti que se te escapa, algo así como la capacidad de destruir el mundo.
Tercera consecuencia: cuando regreso a casa voy pensando "Por dios que no se haya quemado, que no se haya quemado, que mi madre me mata".
Cuarta consecuencia: yo veo un bombero y disimulo, como si hubiera hecho algo malo y estuviera a punto de pillarme.

Excepciones para utilizarlo:
Ninguna. Me niego a cargar a mis futuros hijos con el peso de producir un apocalipsis en cualquier momento. Ahora, eso sí, no sé cómo voy a hacer yo para fiarme de que los apagan porque ¿te imaginas que se les olvida? ¿Te imaginas que se los dejan encendidos y me queman la casa? Mi madre me mata.