Todd Baxter |
Cuando utilizaba el consejo:
Tú piensas que lo lógico es que lo dijera cuando hacía frío...ay infeliz, esperando lógica de una drama mamá. Mi madre me lo decía cada vez que me veía la barriga. Voy a concretar un poco. Eso ni siquiera significa que la tuvieras al aire, noooo, eso significa que si se acordaba que eras su hija y no tenía otro consejo pendiente, te decía:
- Nena, tápate mejor la barriga que te vas a enfriar.
Que yo me recuerdo mirando mi barriga pensando: "¡Por dios! ¿De qué está hecha? Si llevo una camiseta interior, unas bragas de puntillas hasta debajo del pecho, una camiseta con felpilla por dentro, un jersey de lana que haría las delicias de cualquier esquimal, un pantalón de pana, un anorak de paño, bufanda, guantes y pasamontañas". Porque sí, yo fui niña de pasamontañas, pero de los que solo se te ven los ojos:
- Que por la boca se coge de todo nena, y las anginas son muy malas.
- Ya mamá pero no puedo hablar.
- ¿Pero tú qué vas a querer decir con lo pequeña que eres? De aquí al cole vas en silencio, repasando la lección, que seguro que te viene bien.
- Ya mamá, pero es que no oigo bien. Pues te agarras a la mano del abuelo y que él te lleve. Ya te lo he dicho, repasando la lección, la tabla del 7 que siempre te la inventas.
- Ya mamá, pero es que no puedo ver bien.
- Ya mamá, ya mamá... qué pesada eres. Que ves perfectamente, ¿o quieres que te tengan que operar las anginas? -yo negaba, por cansacio, problamente, porque ni idea de qué eran las anginas- pues eso, te vas con el gorro bien puestico.
- Pero es que tengo pinta un poco rara... Martita tiene un gorro super guay con una bola roja y orejas de conejo y el mío es como de ladrón.
- Ay por dios nena, que tienes cada cosa... El tuyo es mejor que lo hizo tu abuela. ¿O le vas a decir a tu abuela que su gorro no te gusta?
Chanteje, leches, eso era chantaje emocional en toda regla, y allá que iba yo, que solo se me veían los ojos, como un alma en pena, como una pequeña terrorista en pena, porque de eso era de lo que tenia pinta. Y aún gritaba:
- Y tápate bien la barriga que te va puede dar un corte de digestión.
Lo segundo más terrible que te podía pasar en la vida era que se te enfriaran los riñones. De ahí que fuera super necesario meterte la camiseta por las bragas, qué digo la camiseta, yo he llevado jerseys de lana gorda (sí de esos que picaban) remetidos por las bragas. Esto movilidad no te daba, te convertía un poco en una niña palo, ahora, que con tanto refajo y tan bien colocado eras una niña que rebotaba. Incómodo pero práctico.
Consecuencias del consejo:
Me siento salvaje si no me remeto la camiseta dentro de las bragas. Puro riesgo.
En agosto, duermo con la sábana por la barriga. Puedo estar desnuda pero necesito aunque sea un pañuelo en la tripa, si no, no cojo el sueño.
Consecuencias en mi hermana mucho más dramáticas: necesita pilas de ropa para dormir, también a 40 grados, no le sirven los edredones, necesita mantas que pesen, varias. Y varias veces hemos estado a punto de perderla por un golpe de calor durmiendo.
Excepciones para utilizarlo:
Futuros hijos míos, prometo decirlo solo si hace frío y si tenéis la barriga destapada. Y si alguna vez os meto un jersey de lana por dentro de la ropa interior tenéis mi permiso para gritarme. Y para haceros un blog metiéndoos con vuestra madre, también.