martes, 22 de febrero de 2011

62. Te lo dije nena, te lo dije.

Este consejo me da pereza y probablemente sea el que más veces he escuchado, escucho y escucharé. Por lo siglos de los siglos, amén. Y sin lugar a dudas, es la frase que más me jode escuchar de boca de mi madre porque, la vida es así, ella siempre me lo ha dicho antes de que algo malo suceda.

Cuando lo utiliza:
Pues para joder, porque no me cabe otra explicación, siempre que algo me ha salido mal y con una coletilla que te termina de rematar normalmente acompañado de un refrán.
- Si suspendía un examen: "Te lo dije nena, te lo dije. Sabe el diablo más por viejo que por diablo y yo sabía que con lo poco que has estudiado te quedaban las matemáticas. Ahora que las dos sabemos que eso significa que estás castigada sin salir hasta... Encima no me tuerzas el morro que la tenemos. A buen entendedor pocas palabras bastan".
- Si volvía mojada a casa: "Te lo dije nena, te lo dije, que iba a llover y que te cogiéras el paraguas. Que en abril aguas mil. Pero tú te debes creer que eres impermeable. Pues no, nena, no, el don que te ha dado dios es la ubicuidad, que no paras quieta, pero, de momento, la lluvia te moja y te acatarra como a todos los mortales así que ya te estás comiendo una naranja que más vale prevenir que curar".
- Si me dejaba un novio: "Te lo dije nena, te lo dije, que así no ibas a ningún lado, que si somos modernos y yo puedo salir con mis amigas cuando quiera, irme de viaje sin pedir permiso, no llamarle en tres días. Pues no, nena, ni tan modernos, ni nada. Gota a gota el mar se agota. Y ale, para de llorar, que me pones nerviosa con tanto hipo".
- Si me perdían las maletas en un vuelo: "Te lo dije nena, te lo dije. Que te llevaras una muda limpia y un vestido en la maleta de mano, pero noooo, tú a tu aire como siempre. Hombre prevenido vale por dos. Y luego a llorar que te has gastado todo el dinero del viaje de fin de curso en bragas. Y no digas que era poco dinero. A París la niña, con 16 años, y que no tenía ni para tomar un café. Pero qué café ni qué ocho cuartos, a París, a tu edad, se va a mirar, que es muy bonito. Y no me digas que has pasado hambre que te cruzo la cara. Eso sí que no. Te metí mortadela para siete días, lo que pasa es que eres muy fina y no puedes comer todos los días lo mismo ¿no? Ah y que querías también Cocacola. Mira nena, lo que dan los grifos es agua, y eso bebemos nosotros. Habráse visto, y quítate de mi vista que aún te pongo a comer mortadela otra semana más, para que aprendas a hacerme caso que te lo dije nena, te lo dije, que esos de Iberia no tienen cuidado y les da lo mismo París que Moscú. Que tu tía Mari cuando fue de crucero, para una vez que se estira tu tío, le perdieron la maleta en Barcelona y todo el crucero sin ropa. Ella que se había llevado un vestido de gala para la cena con el capitán... Pues en pareo tuvo que andar 15 días, porque ¡lo qué valen las cosas en esos barcos! Que ya le dije yo que no lo entendía, que una falda es falda en el mar y en la tierra, pero como no tienes otro remedio, pues ellos ponen el precio que quieren. Y cada vez que hacían una visita a un sitio a correr a ver si encontraban algún puesto más barato para comprar al menos bragas y calzonzillos y se perdieron todos los monumentos. Ahora, tú tía de los mercadillos del Mediterréno se lo sabe todo. Y total que llegaron a casa y la maleta traía la mismita ruta que ellos, pero les seguía tarde. Desde entonces yo siempre hago un petate con cuatro cosas para poder salir del paso. Y ya te digo que yo a un crucero no voy, vamos hombre, por mucho capitán que me pongan que...". En este punto he desarrallado lo que mi hermana y yo llamamos "el poder del click". Click y a pensar en mis cosas y ya no tengo ni repajolera idea de qué narices habla.

Consecuencias:
Odio los refranes, el refrañero español y la madre del que se inventó tanta frase tocapelotas, pero ¡No puedo evitar repetirlos constantemente!
Segunda consecuencia: cierto aire de niña envejecida cuando les decía a mis compañeras: "Más vale pájaro en mano que ciento volando".
Tercera consecuencia: aislamiento social no elegido, yo lo llamo así, otros prefieren llamarlo marginación. Cabrones...
Cuarta consecuencia: terror. Cada vez que dice: esa mayonesa se va a cortar, va a caer una nevada, te vas a coger anginas, tiemblo. Leche, es que siempre acierta. Aunque he empezado a dudar. Creo que la técnica es la siguiente: ella siempre piensa que pueden pasar las peores cosas, y cuando pasan, ahí está para recordarte que lo había dicho. Ahora, cuando todas esas pequeñas apocalipsis no suceden... ¿Quién se acuerda de que ella dijo que en el año 2000 se iban a estropear todos los electrodomésticos y que por eso no compraban tele nueva? ¿Quién? Pues yo, pero cualquiera se lo recuerda.

Excepciones para utilizarlo:
Me niego. Futuros hijos míos si os lo dije, estoy segura de que os acordaréis solitos cuando os tiréis una semana comiendo mortadela. De los escarmentados, nacen los avisados, ea.