Mi madre se ríe de la obsolescencia programada. ¿Que hacen las medias mal para que se hagan carreras? Pues ella aprende a remendarlas. ¿Que quedan fatal porque se ve como un pellizco en mitad de las rodillas? Pues a ella le importa un pimiento. Listo. Si fuera por mi madre el sistema capitalista se hubiera ido al traste hace años. Viviríamos en el Estado del Drama donde todo el mundo lleva coderas y rodilleras y todos los días se comen vainas. Vamos, el jodido paraíso.
Cuándo utilizaba el consejo:
Siempre que pedías algo, insisto, siempre.
- Mamá quiero un walkman nuevo.
- Y yo un tren eléctrico.-ahí, con esa lógica que te descompone porque empiezas a pensar: ¿un tren eléctrico? ¿para qué narices quiere ella un tren eléctrico? Te vuelves a centrar.
- eh... Bueno pues yo un walkman nuevo que este ya no rebobina.
- A ver nena, para un rato que me siento en el día y tienes que venir a incordiar. Vete a jugar con tu hermana que no la oigo, y seguro que está haciendo algo malo.
- Que no te incordio más, pero necesito un walkman nuevo.
- Mira nena, uno necesita respirar, comer, dormir y que le quieran, todo lo demás no es necesario, es un plus. Y tú ya tienes pluses de sobra, si hasta tienes unos patines, mira si andas sobrada de pluses.
- Pero mamííí...
- Ay qué pesada eres. A ver, trae ese ualman (ajá, mi madre habla inglés). ¿Cómo se enciende?
- Con el play mami.
- A mí háblame clarito que estamos en España y somos españoles.
- Con el botón grande.
- Uy si se oye de maravilla, ¿qué andas diciendo que no funciona?
- Es que no puedo echar las canciones para atrás.
- Pues te las eschuchas todas, que eres muy fina tú.
- Pero es que la cara B está vacía.
- ¿Y por qué andas desaprovechando una cara entera? ¿Qué te crees que las cintas me las regalan? Ya estás grabando en el otro lado. Y hasta que no se rompa, no se compra otro. Habráse visto.
- Pero no puedo rebobinar...- muy pesada, lo sé, y poco intuitiva de dónde estaba el límite de su paciencia.
- Mira nena que me estás hartando, a ver si al final te tiro el ualman por la ventana y la única música que vas a oír van a ser mis gritos por soleares de par de mañana. Te coges un boli de bic y le das para atrás.
- Pero mamá...., además está como desteñido ya no se lee ni lo que pone en las teclas.
- Chsitttt, a callar ya. ¿Desgastado? Tú si que me estás desgastando. ¿Se oye no? Pues ya está bien. ¿O quieres que lo tire por la ventana? ¿y a ti detrás?
Aquí ya no hacía falta intuición y me iba a buscar un boli de bic.
Consecuencias del consejo:
He roto miles de cosas a propósito. Y ella ha conseguido reparar el 80% de ellas: ropa remendada, juguetes pegados, estuches atados con gomas, incluso una vez me arregló los frenos de una bici BH azul de tercera mano (mi prima, su hermana, y yo era la tercera mano).
Segunda consecuencia: en mi casa la compra de esparadrapo, cinta aislante y pegamento alcanzaba cotas de mayorista.
Tercera consecuencia: éxtasis total ante las cosas nuevas. Con éxtasis me refiero: saltos, grititos, abrazos a la coso nueva que fuera (un bici, unos patines, unas botas, una tele, unca caja de galletas...).
Cuarta consecuencia: mala valoración actual de si algo está roto o no. Ejemplo: tengo una caja de música que no hace música y no cierra, tuve un coche en el que no funcionaban la radio, las ventanas, la bocina, el aire acondicionado y llevaba pegada con cinta aislante la guantera...
Quinta consecuencia: mi vida está llena de trucos. He tenido tantos objetos medio rotos que me he acostumbrado a que haya que ponerle una piedra al cable de la tele para que se pueda oír bien, pero si lo quiero ver es el dvd, tengo que quitar la piedra de la tele y poner un páquete de tabaco debajo del euroconector. Agotador.
Excepciones para utilizarlo:
Futuros hijos míos, este consejo me lo quedo. ¡Hombre ya con tanta tontería de comprar y comprar! Más os vale que las coderas se pongan de moda. Dicho está y os voy avisando que si quéreis cambiar de canal, hay que meterle un pañuelo de papel al mando donde las pilas porque se han aflojado los muelles.
Gracias a dios, pensaba que yo era la rara... Esas cosas con los paquetes de tabaco, las piedras y los Kleenex me suenan... Lo peor es que lo mio es rareza propia, mi madre no me dió ese consejo.
ResponderEliminarHijita, pues eso que a ti te parecía un capricho de tu madre, en Cuba era el pan nuestro de cada día. Mi madre aprendió a forrar los muebles de la sala con la tela de las cortinas, los vestidos con falda ancha, se ponían de través y me hacía vestidos tipo saco, a los zapatos que llevaba al Instituto le ponía una especie de alza para que no se notaran que estaban todo torcidos por detrás, esto especialmente me ha afectado mucho y cuando compro zapatos siempre miro que tenga un buen contrafuerte. Y a las bragas aprendí a hacerle unos remiendos que parecían verdaderas obras de arte. Por eso cuando llegué a España durante los primeros años cada vez que iba de compras, compraba docenas de bragas, por si acaso. Y ahora tengo una cafetera que hay que mantener el reposafiltro con la mano para poder hacer el café, aunque me temo que mi hija que viene pasado mañana le dará la jubilación.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Hoy me he reido especialmente. Cuando mi hija que quiere algo yo le contesto: "yo yo un millón de euros y nadie me lo da".... ay, pobre!!!
ResponderEliminarEn casa el que no comra nada hasta que se rompa es mi marido. Yo ya me he cargado una plancha (la odiaba, no podía más y le corté un cable, como seguía funcionando... pues le corté otro) y una cafetera que andaba como la de Lola.
Reconozco qu eme he sentido identificada con la conversación del "ualman" y con el "culo-pollo" en las rodillas....
¿por que no escribes un libro? sería un éxito seguro.
Un abrazo
Nena, tu madre era McGyver!!
ResponderEliminarYa fuera de guasa, mi madre era igual... O eso de comprarte el vestido/abrigo dos tallas más grande para que te durara varios años... Cosiendo y descosiendo.
Pero la "peor" mi abuela, no nos dejaba sacar punta a los lápices de colores. Cuando se terminaba, teníamos que llevárselo para verificarlo y entonces ella nos sacaba la punta... Porque si no lo malgastábamos
¡¡Qué bueno!! Jajaja, yo soy como tu madre, lo tengo que reconocer... sólo que en vez de un tren eléctrico yo siempre pido un barco velero. Me da pena hasta tirar los cartones, con la de vida que esconden mirándolos bien... Y cada día se me acentúa más, cuando pienso que le estoy dando por saco al sistema capitalista y la cultura de consumo!!
ResponderEliminarJajajaja, lo que yo te diga, misma escuela de madres. Y lo de cuando algo ya no te iba bien -unos pantalones, pongamos, que se te quedaban cortos....- cortarlos y hacerlos "un pantaloncito monísimo para el verano"???
ResponderEliminarAissss, ese papelito en el mando, esa tele en blanco y negro que me daba vergüenza encenderla cuando venían mis amigas a casa, esas rodilleras o adhesivos tapando sietes....es que lo clavas jodía.
ResponderEliminarDrew: a ti ya te vale, eres una drama mamá autodidacta sin hijos!
ResponderEliminarLola: mi madre también es muchas bragas sin estrenar, por si acaso. Que yo nunca he entendido qué tipo de por si acaso era ese. ¿Existencias de bragas agotadas?
Xiao: tuve un novio que era igual, tuve que dejarle, me recordaba demasiado a mi madre ;)
Cuchi: tela con tu abuela! jajajaja
Alba: cuídate el síndrome de diógenes que cualquier día sales en las noticias.
Bettie: y sin cortalos también "Que ahora se llevan los pesqueros, ya vas a ver qué moderna vas!
Pseudosocióloga: y ese esparadrapo que sujetaba el mueble de la cocina ¿eh? qué me dices de eso?
Había olvidado lo de poner objetos (generalmente cintas vhs) debajo del euroconector para que se sujetase y se viera la tele!!! Dios mío!!!! Por cierto, que en mi casa aguantamos con una (de rayos catódicos, obviamente) que se ponía en blanco y negro y había que darle un golpe en un lugar específico para que se volviera a ver... Pero es que llegó un momento en que dejó de verse en color, sólo se veía en blanco y negro y empezó a encogerse la imagen por arriba y abajo, así que lo veíamos todo achatado... ¡Qué tiempos! Está bien saber que todos sufrimos igual... "Mal de muchos, consuelo de tontos", pero bueno.
ResponderEliminarCreo que todas las hijas e hijos de madres que han vivido la guerra/postguerra hemos escuchado cosas de esas... y agradecida que estoy! en casa hasta que no se rompe no se tira nada, y si ya no lo utilizamos se lo regalamos a alguien que lo necesite!
ResponderEliminarMe encanta tu blog, por cierto.
nosotros usábamos el bic no porque el walkman estuvieran roto sino PARA AHORRAR PILAS!!!
ResponderEliminarTe has dejado seguro los libros de texto de sexta mano forrados con papel de revista, yo los tuve
Nada nos devolverá esas tapas de bolis bic clavadas sobre la tecla del play para conseguir que funcionara.... Cuanta nostalgia! Dime tú a mi dónde clavas tan plástica banderilla en un iPod. Si es que estamos perdiendo las formas...
ResponderEliminarSi ahora hasta los parches son chulos y hay ropa que ya viene con las roturas "de serie". Por supuesto que hay que hacer como nuestras madres, ¡Faltaria mas!
ResponderEliminarCuando le falle la cadera, recuerdale este consejito...
ResponderEliminarMe encanta!! je,je es la maestra de la sostenibilidad, los especialistas de ahora no saben nada...buahh, ignorantes!!
ResponderEliminarComo otras mamás de por aquí, yo a mi hijo de 4 años le contesto cuando pide algo que yo quiero un chalet y el otro día a algo que le dije yo que quería me la devolvió pero bien con el chalet, su padre no entendía nada, pero él y yo nos reímos un montón. Ten cuidado, porque alguno creará un blog para contraatacar al blog de la drama mamá, que las generaciones futuras pisan muy fuerte.
ResponderEliminarRebobinando las cintas con un boli!!! que tiempos aquellos! jejeje
ResponderEliminarme encanta tu blog! El otro dia lei algun comentario de alguien que te animaba a escribir tus posts en forma de libro... me uno a su propuesta! con el humor que destilan seguro que se venderia muy bien.
Un abrazo!
ostras, sí, qué recuerdos con el boli!!!
ResponderEliminarte dejo un premio en mi blog, maja. Ya sé que tu blog es tipo libro y cada entrada es un capítulo hilarante... pero me apetecía :) http://adivinacuantotequiero.blogspot.com/2011/02/premios-tutiplen.html
Felicidades de nuevo!!!!!!! hija no sé cómo lo haces pero cada uno nuevo que leo supera al anterior!!!
ResponderEliminarYo tambien te animo a que los juntes todos y los escribas en un libro. Seré gustosa una de tus primeras compradoras.
Un besazo enorme.
Arggg! Soy una drama mamá! Yo le doy este consejo siempre a mi hija, con el añadido de que le prometo arreglar "luego" lo que sea. Resultado: hemos acabado con una pequeña montaña de futuros objetos reciclados. La pobre ya ni se atreve a pedirme algo nuevo. Y está aprendiendo a ser McGiver. Tengo curiosidad por ver como evolucionará todo este asunto cuando sea adulta.
ResponderEliminarPor cierto, gracias por las risas que me sacas.
Madre mía! a mi hijo le digo "pues yo quiero que me toque la lotería!" SOY UNA DRAMA MAMÁ!!! tengo que dejar de serlo!
ResponderEliminarlloro de la risa....y mira que lo necesitaba! gracias por compartir!
ResponderEliminarNena, no me puedo creer lo que te he leído en el turno de respuestas. Dices, literalmente, que tu madre "también es de tener muchas bragas sin estrenar, por si acaso. Que yo nunca he entendido qué tipo de por si acaso era ese. ¿Existencias de bragas agotadas?".
ResponderEliminarTODO EL MUNDO SABE que hay que tener una buena provisión de bragas, unas toallas y una bata sin estrenar "para cuando vayas al hospital". Como si acabar en el hospital fuera el común destino de todas las madres del mundo, y que, una vez allí, el cuerpo médico y de enfermería estuviese pendiente de inspeccionar la ropa interior y de aseo de los pacientes, con tanta o más atención que la que se dedica a un TAC.
Yo he llegado a la conclusión de que las madres hacen eso por no quedar como unas indigentes ante las demás madres ingresadas. Así que ya sabes: todas las madres tienen ese ajuar en el armario. La tuya también: pregunta y verás.