viernes, 20 de abril de 2012

Doy la cara

Pues sí, esto del libro tiene su gracia. Qué digo su gracia, que el otro día me llegó el adelanto del primer ejemplar  y estuve llorando media hora de la ilusión. Tanta ilusión había en mí que me saqué una foto y la subí a mi Facebook con el primer ejemplar, y esa cara de panoli que hubiera puesto con 8 años si los reyes magos me hubieran traído la dichosa Barbie. Vamos, panoli total. Toda emocionada la subo, y se me escapó un pequeño detalle, subí una foto en pijama. Todavía aguanto las bromas  de mis amigos. Y no solo eso, mis amigos la andan compartiendo por ahí… Como le llegue a mi madre, estoy jodida.

El libro tiene su gracia pero también tiene una parte que me tiene algo desubicada. La gente me puede conocer, ver mi cara, y como me entre mucha ilusión, incluso ver mi pijama. Soy así: espontánea y, sobre todo, algo cutre. Y en éstas estoy, porque este mes salgo en la revista ELLE. Desde noviembre trabajó ahí en la web. Y mis compañeras han querido sacarme una foto y hacerme una preciosa página hablando del libro. Que la foto es preciosa, vamos, que salgo bastante más guapa de lo que soy. Mirando al horizonte, como pensativa y quieta. Esto son dos cosas que nunca me pasan. Yo no tengo capacidad de concentrarme en el horizonte y pensar: qué bonita es la vida. Yo soy movidita. Yo miro el horizonte de pasada mientras me como las uñas y pienso que va a llover. Y lo de quieta… Pobre fotógrafa… Me puse nerviosa, pero nerviosa nerviosa, vamos, que perdí un kilo en la sesión. Y me dio por hablar, esa chica ya se sabe mi vida, mi infancia, porqué tengo la nariz torcida, que el pelo retirado me queda mejor, que estoy deseando que llegue la época de gazpacho, que me desmayo con frecuencia… Le conté todo.  Me deja dos minutos más y le doy mi PIN. Creo que tuvo que andar mal para encontrar una foto en la saliera con la boca cerrada…
El caso es que salgo bien. Yo me veo bien, todo el mundo te dice esa cosa algo torturadora que es: “sales súper bien, no pareces ni tú”. Yo me contengo las ganas de sacarles los ojos, porque ya os he dicho que tengo un ejemplar de mi libro, y voy flipada por la vida. En plan, me pisas un pie, no me importa ¿te he dicho que publico un libro?; me das un golpe en el coche ¿qué mas da? ¿te he dicho que publico un libro? Es más, el otro día cogí un taxi y le conté que publicaba un libro. Así tal cual.
- Pues parece que va a llover- me dice el hombre
- Y qué mas da, señor, si yo publico un libro
Vamos que estoy en plan Umbral, a todos los sitios a los que voy, hablo de mi libro… A ver cuánto me duran los amigos.

Bueno, el caso es que le llevo a mi madre la página de ELLE, plastificada. ¡Su hija! En una revista como ELLE. Toda una página para ella solita ¿Y qué dice mi madre?
-  Mira nena, te lo tengo que decir porque soy tu madre. Y si tu madre no te dice la verdad, quién te lo va decir. Esa fotógrafa sabrá mucho de luz  y habrá conseguido sacarte sin que salgas borrosa, hablando o con los ojos cerrados. Que esto ya es mucho. No como en las fotos de la boda. Que yo no sé cómo lo has hecho.  Que pareces un ente en todas las fotos. El fantasma de la boda te van a llamar. ¡Que cruz! Menos mal que hay vídeo. A ver si ahí se te ve un poco normal. Pues mira, bastante mérito tiene esa chica con la foto. Eso sí, a ti ese peinado medio suelto no te va. Tú tienes mucha quijada…- aquí ya intervengo.
-  Por dios mamá, por lo menos, di mandíbula.
-  Mandíbula, quijada, lo mismo da. Que se te ve una frente estrechica y esa mandíbula para partir nueces. Que te empeñas tú. Que no me creo que fuera la fotógrafa esa la que te pusiera ese recogido. Eso es una manía tuya. Que te agarras cuatro pelos y te dejas la melena de leona suelta y no te favorece nada. Te lo tengo que decir.
- Mamá, todo el mundo me ha dicho que estoy guapa, que no parezco ni yo.
- Anda ya, nena, que tu eres veinte veces más guapa que la que sale en esa foto hombre. Pero con todo el pelo retirado, como tiene que ser.

Vamos, que mi mejor crítica la tengo en casa… Eso sí, en mi pueblo, en un día, se ha agotado el ELLE y mi madre va por las librerías tapando las otras revistas, por si acaso va alguien y no compra la de su niña, que por mucha quijada que tenga, es la suya.

PD. De la boda solo os voy a decir una cosa: pelo suelto. Viva la madre que parió a la peluquera que me hizo unas ondas hacia atrás que le encantaron a mi madre. Aunque tendríais que haber visto el repaso que me metió ella con el bote de laca cuando salíamos por la puerta.
- Así nena, que se quede levantado, que se te vea bien.

Menos mal que el viento y la lluvia ayudaron a que el flequillo que me dejó, rollo 'Algo pasa con Mary', bajara un poco. ¿Os he dicho que el 3 de mayo publico un libro? Por si acaso…