domingo, 20 de mayo de 2012

No hay una segunda oportunidad para dar una buena primera impresión


Bueno, os acordáis cuando yo era solo la nena y me partía de risa en mi salón y decía barbaridades y nadie me conocía. Bueno, mi novio sí me conocía. Y mis amigos también. Menos mal. Yo me acuerdo. Era tan fácil… Ahora soy la nena para mucha gente. Tampoco es que nadie me haya parado por la calle. No vayamos a exagerar. Pero ese entorno que te conoce de vista, ese que no sabía ubicarte mucho, ese ahora sabe la mitad de mi vida. Y es muy raro. Vamos, mi carnicero, las chicas de la pelu, la depiladora… Esa gente me dice que no tome tanto café y que haga más caso a mi madre. Yo me callo por prudencia, qué digo prudencia, yo no he sido prudente en mi vida, me callo por estupor. Me quedo bloqueada y sonrío pensando: “tengo que cambiar de carnicero”.

El caso es que dentro de esta vorágine, en el que tengo que aceptar que soy la nena, llega la cita más temida. El sábado 26 de mayo, sí, el finde que viene, firmo en la feria de Madrid. De 12 a 2, en la caseta del FNAC (82 y 83). ¿Por qué es una cita terrible? Yo curré un año en una editorial y tenía que acompañar a los escritores a la feria. A veces no firmaban ni un libro. Y otras, solo a sus amigos. A veces, el mismo amigo pasaba hasta en cuatro ocasiones para que pareciera que había montón. Y siempre dije: “si alguna vez soy escritora, nunca firmaré en la feria”. ¿Sabéis aquella vez que dije que nunca diría las mismas frases de mi madre, me abrí un blog y me escribieron miles de personas para decirme que las iba a repetir? También está la vez que dije que cuando fuera mayor jamás iba a comer gambas porque eran asquerosas. O que el vino tinto sabía como chupar un hierro. Y la vez que dije que en cuanto me independizara iba a tener un perro, o que a los 27 años iba a estar retirada, bueno, y la vez que dije que yo nunca me pondría pantalones pitillo. En fin, si es que esta boquita me pierde.

Pues nada, que una vez más, la vida viene a contradecirme y el sábado firmo. Ya tengo preparadas hordas de amigos para que hagan cuatro veces la cola. Y mi madre va a venir. Eso sí, de incógnito. Solo me va a mirar de lejos, a través de un periódico agujereado, con peluca y gafas de sol. Ha prometido incluso no saludarme, aunque estoy por llevar el pelo suelto, que sé que no se va a poder aguantar y acabará viniendo a apartármelo ella misma de la cara. Yo no sé si pasaré mal rato, pero solo por ver a mi madre en plan Inspector Gadget creo que merece la pena.

Bueno, y también por si venís algunos de los de siempre. Ahora, las presentaciones pueden ser finas: Hola, yo soy “la nena”, pues yo soy “esto es para una que lo quiere así”, ay yo soy “pseudosociologa”, pues yo “peinetapintxomonillo”, pues yo “Mi alter ego”, y yo “Amanda Jones”, “Yolandica” y “Tarariro”, “Irene y Umpa Lumpa”, “Opiniones Incorrectas”, “Arare 75” y yo “nosoyñoño”. Eso es para verlo. En serio, tiene pinta de convertirse en la conversación más absurda de la feria. Y todo esto, imaginando que mi madre me espía desde lejos con peluca pensando:

- ¿Por qué se habrá puesto esos vaqueros? Con lo mona que está con el vestido que le regalé yo. ¡Y encima deshilachados! Lo hace para fastidiar, porque ya me dirás. Pues ya se lo tengo dicho, no hay una segunda oportunidad para dar una buena primera impresión. ¡Qué castigo de hija!

Ay infeliz…. Esta boquita me pierde. ¿Para qué me miento? Iré exactamente con el vestido que me regaló ella que me da una pinta de ñoña… Por favor, no seáis duros con la primera impresión, en realidad, nos conocemos desde hace mucho. O casi. Será fácil reconocerme, seré la morena repeinada algo cursi que sonríe con cara de agobio y piensa: por favor, que venga alguien, por favor que mis amigos solo tengan que pasar 4 veces, con solo 4 me conformo.

PD. Pamploneses (que no pamplonicas, esto ya lo hemos explicado) también firmaré en Pamplona, el día 9 de junio a las 19.00 horas en la feria en la Plaza del Castillo. Mis amigos forales que vayan pensando ya en hacer cola. Varias veces.