¡Ay! El teléfono y las drama mamás.
En la adolescencia era alto tipo: que yo no sé qué tienes tú que hablar tanto por teléfono, que si te crees que tenemos acciones en Telefónica, pues te vas a su casa y se lo dices en persona, pero si acabas de hablar con ella…
A partir de los 20 años pasa a ser: que si llámame cuando llegues, y también está el “llámame cada vez que pares”, que si por qué no me coges el móvil, que si no me lo coges pienso que te ha pasado algo malo…
¿Quién no ha tenido 23 llamadas perdidas al salir del cine? Lo normal, vamos. Le llamas a tu madre pensando que ha pasado algo horrible, algo horrible nivel 23 llamadas.
- ¿Estás bien mamá? ¿Estáis todos bien? ¿Qué ha pasado? ¿Cojo el coche y me voy para allí?- le dices casi sin aliento.
- ¿A mí? A mí no me ha pasado nada. ¿Y tú estás bien? ¿Estás en urgencias? No me digas más, te ha pasado algo. Te he llamado varias veces y no me cogías. A punto he estado de llamar a la Policía- entonces respiras, y es cuando te entran ganas de matarla.
- 23 veces has llamado, mamá, en las dos horas que duraba la película. ¿Te parece normal? Estaba en el cine y tenía el móvil en silencio.
- Pues avisa, chica, avisa, si ya sabes que siempre te llamo a esta hora. Menudo disgusto tenía. Y llámale a tu hermana que igual está nerviosa también porque le he llamado alguna que otra vez para ver si sabía algo de ti.
Lo normal.
Mi madre y yo tenemos una enfermiza relación con el teléfono. No sé si viviéramos en la misma ciudad, lo sería tanto, pero a 400 kilómetros nuestra comunicación se la debemos a Teléfonica. Lo digo así y parece que no pagamos, que sí que pagamos, vamos, que igual Teléfonica nos debe a nosotras el haberse podido expandirse a Latinoamérica.
Hablamos todos los días al menos una vez, normalmente por la noche. A pesar de tantas llamadas el sistema no nos funciona muy bien. Se ha puesto doble llamada y el contestador y nos está volviendo locas. Ella no lo quiere quitar porque dice que así sabe quién llama cuando no está, pero a mí me está quitando años de vida.
Me explico. Cuando empiezo a tener hambre digo: “Le voy a llamar a mi madre y así ceno tranquila después”. Total que le llamo y hay varias opciones en las que ningún incluye que me coja el teléfono:
1. La primera es que suenen cuatro tonos, no está, y me salte el contestador.
2. La segunda es que suenen seis tonos, que puede que esté o que no, pero significa que yo soy la segunda llamada.
3. La tercera es que esté, suenen cuatro tonos pero no le dé tiempo a llegar a coger y me salte el contestador.
4. La cuarta es que ante las otras tres, yo opte por llamarle al móvil, que nunca jamás escucha. Y del que tampoco sabe mirar las llamadas perdidas.
Entonces le digo a mi novio de cenar, aprovechando que ella no está, está pero no puede ponerse o vete tú a saber. Así que empezamos a cocinar o a sacar embutido del frigo que suele ser lo más normal, y según nos sentamos en la mesa, llama ella. Le cojo para que no piense que me he muerto, que alguna vez lo ha pensado, y le digo que estamos cenando, que le devuelvo la llamada cuando terminemos.
Al rato le vuelvo a llamar, entonces tengo tres opciones:
1. Que suenen cuatro tonos y salte el contestador. Entonces es que puede haya pasado a casa de la vecina porque es raro que salga de noche.
2. Que suenen seis tonos, y salte el contestador, entonces casi seguro que está hablando con su amiga Loli que dice mi madre que tenemos la misma hora para llamarla.
3. Que suenen cuatro tonos y no le dé tiempo a cogerlo.
Entonces, por fin, me llama ella.
- Nena, ¿me has llamado? Es que este teléfono va a volverme loca.
- Sí, dos al fijo y una al móvil.
- El móvil no lo oigo, solo lo oiría si fuese un perro. Debe de estar en mi bolso. Y mira que he mirado, pero no me salen las llamadas. Yo creo que no funciona.
- ¿Pero si es nuevo?
- Pues no funciona. Estaba hablando con Loli al fijo, y he ido a coger la segunda llamada pero se ha colgado. Le he vuelto a llamar a Loli porque le he dejado con la palabra en la boca.
- Mamá no hace falta que cojas la segunda llamada siempre, si quieren, ya te llamarán después o te dejarán recado en el contestador.
- Es que no puedo, es superior a mis fuerzas. ¿Y si es algo urgente?
- Pues seguro que te volverán a llamar. ¿Por qué no quitas ese servicio? Te está volviendo loca.
- Ay no, que me viene muy bien. Lo malo es lo del contestador, que deja sonar solo cuatro tonos y no me da tiempo a llegar.
- Pues llama a Telefónica y que te lo quiten.
- Ya he llamado pero no quiero que me lo quiten, lo que quiero es que lo retrasen, hasta siete tonos o así. Que salto del sofá y no me da tiempo a cogerlo. Pero me han dicho que no se puede, que son cuatro tonos y punto. Ya les he dicho que pienso buscar otra compañía de teléfono que tenga más tonos. Por cierto ¿te puedes enterar tú de eso? ¿Lo buscas en internet?
- Quita, quita, que eso es un follón mamá. Es más fácil que te toque la lotería que darte de baja en una compañía de teléfono. Mejor desactívalo y listo.- Yo me estoy viendo mirando todas las ofertas, cambiando las domiciliaciones y sobre todo, explicándole a mi madre todo, y me entran sudores- ¿Y el inalámbrico que te regalamos en Reyes? ¿Por qué no lo utilizas?
- No funciona. Bueno, a veces sí, pero otras no. Lo tengo que llevar a mirar.
- ¿Cuándo funciona?
- Pues cuando le da la real gana.
- Igual haces algo mal…
- Sí, claro, la culpa será mía. Ese teléfono está mal. Yo lo descuelgo y no oigo nada al otro lado.- entonces empezamos a oír las dos el bip de la segunda llamada. Loli no puede ser, así que casi seguro que es mi hermana.
- No lo cojas mamá, seguro que es mi hermana.
- ¿Y si no es?- bip.
- Pues volverá a llamar. Aguanta un poco que solo quedan tres tonos y salta el contestador- bip.
- ¿Y si es importante?- bip.
- Volverán a llamar- bip.
- No puedo, nena. Es superior a mis fuerzas.- y me cuelga. A los pocos segundos vuelve a llamar.
- No he llegado a tiempo, se había cortado. Bueno ¿el día bien? ¿Sí?
- Sí todo bien, trabajando mucho.
- Eso es bueno, nena, estando como están las cosas eso está bien. El mío también. Te voy a dejar que tengo mucho lío. Voy a llamar a tu hermana a ver si era ella. ¿Hablamos mañana?
- Vale mamá, que descanses.
- Un beso.
Luego vendrá con que no le cuento nada...