lunes, 29 de julio de 2013
111. Que pena tirar todo esto
No sé qué ha pasado. No he visto las pistas, estaban ahí, pero nada, no las he visto. Pero este fin de semana ha sido como una revelación.
Este fin de semana he estado en casa de mi madre y no me ha dicho ni una sola vez que qué pingo llevo puesto, ni que me retire el pelo de la cara, ni que me ponga pendientes (porque una mujer sin pendientes es como un burro sin dientes). Y mira que me habrá dicho veces eso. Nada. Ella me miraba y me sonreía, incluso se le ha escapado alguna vez que parece que estoy mejorando el gusto y ya no me pongo tanto trapo. Lo ha dicho bajito y como de corrido pero, oye, lo ha dicho.
El caso es que me he pasado todo el finde pensando que ocultaba algo, que de un momento a otro me iba a pedir un súper favor, tipo un riñón, que sería lo único que lo explicaría su actitud, o peor aún, que justo antes de irme me iba a dar todos los consejos de un tirón, todos juntos, lo que produce el típico shock de sobredosis de maternidad, y te vas para casa hundida, como si tuvieras 10 años y te hubieran pillado copiando en clase. Pero no, me dio un abrazo sonriendo, un apretón muy fuerte y para el coche. Yo me fui confundida.
Así que me tiré 400 kilómetros conduciendo y analizándome: ¿Me habré hecho mayor? ¿Realmente visto mejor? ¿Se habrá hecho ella mayor? ¿Se habrá cansado de meterse con mi ropa y con mi pelo? ¿Se habrá dado cuenta de que no sirve para nada? Este pensamiento me dio mucha risa, una risa terrible que casi me hace tener que parar en el arcén. ¿Podré llevar el pelo suelto el próximo fin de semana sin que me diga nada? Este pensamiento me puso la piel de gallina y me revolvió el estómago solo de imaginarme tamaña temeridad. Empecé a barajar que estuviera leyendo algún libro de psicología inversa, incluso estuve a punto de llamar a mi hermana para ver si había notado algo raro en ella, por ejemplo, que se hubiera apuntado a una secta. Pero después de muchas vueltas, me dije: “Nena, tú disfruta”. Y me puse a disfrutar que se me da muy bien.
Pero había truco, claro que había truco, siempre lo hay.
Ayer me traje a parte de las chistorras de rigor, las vainas camufladas, guindillas, pastas, chorizo, lechugas, y tomates, el vestido que llevé a la boda de mi hermana. El segundo que me compré porque el primero le quitaba las ganas de vivir a mi madre. Sí, era exactamente ese tipo de vestido.
Total que toda contenta me lo voy a probar, y ahí, sí que sí: la revelación. ¡He engordado un huevo! Un huevo que no me cierra ni metiendo tripa, aire, sin respirar, de puntetas y con faja. Pero ha sido un engordar que no he visto venir, como de golpe. Un engorde de susto. Vamos, que sí que notaba un par de kilillos tontos, pero de ¿no cerrar un vestido? No, ni de coña.
Pues mi madre sí lo había visto, claro que lo había visto, como para no verlo, si es capaz de saber si he bebido una copa un mes y medio después de habérmela tomado. (Nota breve: policía municipal, pongan una drama mamá en los controles. No hay fallo).
El caso es que ella había visto mis kilos de más, y como buena drama mamá está encantada, vamos, que no le importan ni mis vestidos de trapillo, ni mis pelos mal peinados porque me ve estupenda, saludable, con reservas en caso de que venga el apocalipsis y grasa para protegerme de los catarros. Es decir, en el estado perfecto de salud de una hija. Y he entendido todas sus sonrisitas este finde de semana, una por cada gramo de más.
Yo, después del susto, y de un peligroso bailecito para conseguir salir de la faja (¡la leche! las fajas las carga el diablo) me he puesto a dieta pero he empezado mal: tengo chistorra, chorizo y pastas de mi madre. Así que cuando he abierto el frigo he dicho una frase de drama mamá total, exactamente de mi drama mamá:
- Que pena tirar todo esto…
He reflexionado un poco, pero yo soy más de disfrutar que de reflexionar, así que me he hecho una buena chistorra, y una chistorra sin pan, es de tristes, y los que no somos tristes lo acompañamos con una copita de vino, y de postre un cafelito con pastas de mamá. Y entonces sí que sí, la revelación de las revelaciones, la súper revelación: he entendido a mi madre que siempre dice que ella engorda de pena...
- Que pena tirar esta chistorra, que pena tirar este chorizo, que pena tirar el trozo que ha quedado de cordero…
Y ha sido entender a mi madre y morirme de miedo.
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Muchacha...dile a tu drama mamá que hable con la mía para hacerle entender que lo mío no es sobrepeso, es precaución para el apocalipsis. Que el día que llegue, mis hermanas sílfides morirán a la primera pero yo sobreviviré una buena temporada hasta que encontremos dónde cultivar...y eso...
ResponderEliminarY es que la mía es de las que ve la molla en el torso ajeno... y no se corta en llamarte "gordi" con sonrisa de madre beatífica...
jajajja oye todo es hablarlo!
Eliminarjajaja, pero pena, pena.... tú disfrutalo, y cuando se gaste, pues a dieta! y sino, me lo manda a mi, que aqui somo muchos y no dura ná
ResponderEliminarsi aquí durar, lo que se dice durar, pues tampoco ;)
EliminarYo también soy de disfrutar y de decir eso de que más vale una gordita feliz que una flaca desgraciada. Y, aunque todos los lunes empiezo el régimen, la cosa decae a lo largo de la semana. Y eso que no tengo las chistorras de tu madre. Yo, ante tamaño dispendio, me rindo de entrada. A disfrutar, que ya vendrán pantalones y trajes de una tallita más, que el verano es corto y las chistorras son largas.
ResponderEliminarcalla, con lo que me costó el vestido! buscaré una faja más prieta
EliminarTe echo una competición con los kilos de más. ¡Te gano seguro! La ansiedad es lo que tiene: que da ganas de comer y yo no le llevo la contratia. Pero sí, el día que entiendes a tu madre te haces un poco más vieja. Y cuando ya le dices a los niños "no gritéis que hay gente durmiendo" te puedes ir de viaje con el IMSERSO ;P un besito
ResponderEliminarayayayayay miedo me da ese momento!
EliminarQué susto! pensaba que había descubierto que estabas embarazada! La segunda generación de drama mamá al ataque!
ResponderEliminara mí sí que me has dado un susto tú! todo grasa!
EliminarYo creo que la DM ha perdido la espontaneidad para que no escribas un tercer drama libro jajaja
ResponderEliminarla verdad es que yo a veces pienso que también, me mira con miedo... Pero chica, hay cosas que no se puede aguantar.
EliminarENORME, nena. Cómo me identifico, me he visto en las mismas (y mi madre también calladita en esos casos, siempre calladita y encantada de la vida, la lorza es bella) y me he pillado pensando la frase de la pena igualiiiiiiito igualito. AY.
ResponderEliminarOye lo de tu madre y la mía y es muy fuerte, deberían conocerse, o no... No lo tengo claro
EliminarCuánto clon de madre!!! y de hija!!! en fin, las penas con pan son menos ;)
ResponderEliminarChistorra...joder, es que tu coche es una mina cuando vuelves a Madrid, jaja!! De todas formas, puedes seguir comiendo chistorra pero hacerla de una manera más "beneficiosa". Te doy una receta muy rápida: partes la chistorra en trozos, la pintas con miel (que si, hazme caso) y la metes en el horno. De esta manera, la miel equilibra con su dulzor la potencia de la chistorra y al hacerla al horno, conseguimos que se la salga toda la grasa sin tostarse. Por otro lado, salteas media cebolla partida en juliana con manzana golde partida a bastones. Te pones en una rodajita de pan esa fritada de cebolla con la manzana y encima, unos trocitos de chistorra a la miel y luego me lo cuentas....
ResponderEliminarNo le des recetas, que con el historial que tiene la nena en la cocina la puede liar parda! jajaja
Eliminaruisss... creo que te has equivocado jajajaj tu madre sí piensa que estás preñada!!! haz la prueba bébete una cervecilla y mira que cara pone jijiji
ResponderEliminargenial!!!
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJAJA ... Historia de terror drama-materno! :P jaja
ResponderEliminarjajajajajajaja,
ResponderEliminarAl menos no ha sido porque pensase que estabas embarazada o algo así...
Mi "suegra" tuvo una historia así con mi cuñada...
Un día le dijeron: "tenemos que decirte una cosa..." y ella ya saltón con el embarazo!!! Menos mal que no le dijo "ya te notaba yo a ti más gordita..." (Por supuesto, no era nada de eso.... jajajaja)
Durante un año viví con una mujer de 90 años... disfrutaba viéndome comer... Siempre quería que comiera más y más... Me trataba de infra-alimentada... Ne dui oeba t todo que me detectaron anemia ferropénica y la pobre se sentía culpable...
jajajaj, las madres son únicas!!!
ResponderEliminarFantástico!! como siempre!! ayyy cuando una empieza a entender a las madres.... jejeje!!
ResponderEliminarMi drama mama y mi drama abuela tenían al respecto dos frases:
ResponderEliminar1- Cuánto has perdido hija mía (nota: perder=adelgazar).
2- Cuánto has mejorado hija mía (nota: mejorar=engordar, hasta el punto de pagar matrícula en gimnasio nada más oír la frase). Intercambiable con "se te ve mucho mejor".
Vale de acuerdo, un punto para tu madre y cero para tí. Pero no me digas que no es más pena, ir con una neverita y volver cargada de chistorra, piquillos rellenos, pasteles caseros y una bolsa de plástico con una etiqueta donde pone Nerea, y al abrir hay un bote de queso fresco desgrasado y un bote de bainas y saber que eso es lo que te toca a tí, pues eso yo adelgazo de pena también....
ResponderEliminarMe ha encantado el post y el vestido y del tema faja ya hablaremos, soy la diosa de la braga-faja ;-)
"Y ha sido entender a mi madre y morirme de miedo"
ResponderEliminarY que lo digas...
Aaahhhhh jajajaja que me meo de la risa!! Qué bueno, creo que yo también tengo una drama mamá, que no critica mi ropa y mi pelo, al contrario, lo halaga, pero critica toooodo el resto de cosas que pueda hacer, de decisiones que pueda tomar, de opiniones que pueda tener etc etc etc...
ResponderEliminarY sí, me daría miedo entenderla un dia de repente.
Si es que llega un día en que nos sorprendemos a nosotros mismos repitiendo frases y/o conductas de nuestras madres y ese momento es toda una revelación (de las chungas) y empezamos a pensar que hemos sido abducidas o que los años de lavado cerebral han comenzado a dar su fruto... Besotes, guapísima!!!
ResponderEliminarGenial como siempre!! que risas :-) A mi eso de no tirar las cosas tambien me pasa. Eso y comerme todo lo que dejan mis minis en el plato... con lo cual a veces como por tres... mal final le veo yo a esto! :-)
ResponderEliminarSuerte la tuya que lo has descubierto por ti misma. Mi madre no tarda ni diez segundos en hacerme notar que he engordado medio kilo... y siempre lo clava, tiene una báscula en los ojos.
ResponderEliminarUn post genial.
Lourdes.
http://lapeormadredelano.blogspot.com.es/
Seguro que estas preciosa..no te comas " el tarro "y sigue disfrutando de la chistorra, las pastas ....mmmmmm que envidia más tonta tengo.
ResponderEliminarUn abrazo
De verdad qeu no te habías dado cuenta de los kilillos de más?
ResponderEliminarPero como se le va a pasar eso a una drama mamá, yo creo que incluso a una mamá a secas (si existen) no se le pasa.
Mi drama mamá TODO lo arregla con comida: Si te ha salido mal un examen, mira que filetes más ricos, si te deja una novia, macarrones a la bologñesa, si andas aburrido por casa, una frutita fresca...y asi para todo.
Ella engorda por ansiedad, pena y aburrimiento, y tiene la fuerte convicción de que el universo debería expandirse un poco más a base de pucheros y platos megacalóricos.
Supongo que será una alarma genética que salta en la cabeza, en plan, "mi hijo/a que coma todo lo que pueda, mientras haya"
Seguro que esos kilos te sientan bien, y vaya tontada empezar una dieta con la nevera llena, eso es sufrir a lo loco, mejor dosificar las chistorras e ir bajando dosis a los pocos, no?
Beijinhos
Pon un par de pequeñas bestias de 2 años en tu vida y ya verás como los kilitos se van esfumando..cada paseo al parque, a la playa, fiestas de cumpleaños, visitas a amigos, comidas en las que no te sientas, noches en las que duermes a trompicones entre codazos y patadas riñoneras.. Un gym fantástico, amos!!!
ResponderEliminarAyyyyyy, me veo reflejada en esto post!!! Estoy hecha una pequeña bolita desde que volví de vacaciones y no hay quien baje!!
ResponderEliminarMe he reído mucho, gracias!!
Jajaja, tremenda! Pensaba que el susto de los kilos iba por otros derroteros...
ResponderEliminarAy Nena que mal rollo esto de las chichas, mi dramamamá siempre dice que no como, que me deje de tonterías con lo del engordado y yo que viví sin vivir en mi y sin caber en mis vestidos, sin ir más lejos uno monís ido que me había comprado para una boda de hace 15 días se quedo colgado en el armario porque ni con la faja más apretada me cierra.
ResponderEliminarPor cierto, si hablamos de fajas, deja que te recomiende un modelo de Spanx, va desde debajo del pecho hasta encina de la rodilla y te hace sentir estupenda, si no intentas respirar muy seguido.
Un beso enorme,
LOU
jajajaja! ¡Qué bien lo cuentas!
ResponderEliminarY disfruta de la chistorra, que tu mamá tiene razón: así estás mucho más guapa.
Mi mami siempre estuvo obsesionada por mi falta de peso, ¡la de jarabes asquerosos que me hizo tomar en mi niñez! Ahora sería feliz de verme con estas redondeces que he ido cogiendo a lo largo de los últimos años.
ResponderEliminarJaja la teoría del embarazo gana puntos!
ResponderEliminarMe alegra leerte de nuevo, ya te daba por perdida, famosa escritora! :)
Congela nena!! congela!! Y cuando bajes esos kilos te lo comes!!!
ResponderEliminarY si te has visto como tu madre!! espera a tener un hijo!
Pues, si estoy de acuerdo con la anterior: ESPERA A TENER UN HIJO!!! seguro que le escondes tus libros.... no es por ser mala pero yo pensaba como tú, y creo que me he convertido en una drama mamá.... haces bien en tener miedo....
ResponderEliminarNadie sabe la verdadera labor de una madre hasta que no se es una madre, el resto son solo mitos y prejuicios.
ResponderEliminarDeberias hablar con mimadre ella es la reina de los dramas, para toooodo para absolutamente todo. Pero así la amo con locura.
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