Este es el año que comencé como no fumadora y terminaré igual. Mis primeros 365 días sin fumar. Exceptuando medio puro en vacaciones, que claro, no cuenta. Este es el año en el que fumé medio puro en el Caribe y me sentó terriblemente mal a pesar de lo increíblemente bien que me sienta a mí el Caribe.
En 2014 aprendí a respirar cada seis brazadas y me compré mi primer pull boy. Escuché esta canción miles de veces https://www.youtube.com/watch?v=k9IfHDi-2EA. Y tres mil esta: https://www.youtube.com/watch?v=PrEJ5eXva4g
En 2014 leí libros sobre el duelo (El año del pensamiento mágico y Los días azules, de Joan Didion), y también uno de los que más me ha hecho reír: Aventuras y desventuras de chico centella (Gracias Molinos por los tres). En 2014 lloré durante un vuelo transoceánico por el hijo de Sergio del Molino en su “La hora violeta”.
En 2014 comí sopa de nido pájaro pensando que era una metáfora y descubrí que si algo se llama nido de pájaro, parece saliva y tiene textura de saliva, probablemente lo sea. En 2014 vomité en el hotel al leer que lo era.
Este es el año que volé en primera en un vuelo largo y entendí porque da menos miedo volar con espacio para tumbarse y barra libre. En 2014 conocí Singapur y tuve una piscina en mi propia villa. Y en 2014 volví a México y fue aún mejor, aún más caliente, azul y picante.
En 2014 lloré bastante, por encima de mi media sin saber muy bien porqué, incluso por cosas a veces triviales. Me hicieron jefa, en plan oficial, con tarjeta con cargo: directora. Y también hice mi primera trenza rellena de Nutella sin grandes altercados.
Tuve una gastroenteritis que corrigió algo mis kilos de más por dejar de fumar y me dio por comprarme perfumes raros y caros y olerlo todo sin parar. En 2014 visité por sorpresa a mi madre en la playa y estuve 3 veces en Benidorm. Escribí muy poco y me apunté a clases de inglés por teléfono.
Monté en carroza por Sevilla y utilicé por primera vez el seguro del móvil que llevo años pagando. Me dieron un teléfono nuevecito gratis.
Me hice las pruebas de la miopía y decidí quitarme las gafas para siempre y ya tengo fecha para hacerlo. En 2014, estuve en una fiesta en una embajada con súper modelos, actores y diseñadores y me fui de vacaciones con mi hermana unos días por primera vez en años.
Discutí con una buena amiga y tuve que decir a adiós a dos en el trabajo. Monté una cama de Ikea y conocí a los coatís. Estrené el vestido que le quitaba las ganas de vivir a mi madre en una boda.
En 2014 bebí mucho vino dulce blanco y me tocó lo puesto en la lotería de Navidad. Pelé 25 kilos de pimientos del piquillo y me volví a poner pantalones de campana. Celebré un genial sexto aniversario y organicé mi tercera Nochebuena como anfitriona.
Tomé mucho café y regaliz negro.
2015. Pórtate bien.
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PD. Feliz año lleno de amor, humor, salud y un poco de suerte.